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El Maestro Augusto


Años


Fue un domingo del marzo de 1992, por ese entonces vacacionaba en mi cabaña de Los Andes con mi amigo Oscar Cavallero, y Oscar López estaba por llegar en cualquier momento. Siempre juntos esos dos.

Después de un par de horas de compartir anécdotas, y sobre todo ginebra, llegó Oscar López, que no tardó mucho en ponerse a tono con nuestro alegre y meláncolico estado (mezcla rara de angustia y cañita voladora como diría la dupla en "La ñapi de mamá").

López nos contó que tenía entre los compactos que traía en su bolso, uno trucho que le había prestado Silvio Marzolini, en el que había una versión del tema "Años", de Pablo Milanés, a cargo de Luca Prodan.

En mi cabaña tengo un gran equipo de música, y como pude, le dije que pusiera la canción. Conocía la versión original, y me gustaba mucho, estaba intrigado por escuchar la versión rockera.

Cavallero y yo nos tiramos en el piso a escuchar lo que López pondría, una vez que le dio play, también se dejó caer en el piso. Ahí estábamos, El Maestro y los Oscares tirados en el piso, cuatro botellas de ginebra vacías, y una voz que empezó a hablarnos, la magia del arte empezó a tomar forma...

La voz era la de Tom Luppo, y nos dijo: "Coincide un poco con la noticia de que lo único que progresa con el paso del tiempo es la tecnología. El hombre no, siempre es el mismo. Inclusive según el poeta, el amor con los años desaparece...". Esa introducción nos anticipó que la tristeza asomaba.

Luca Prodan
Luca Prodan

La canción empezó, cantando-hablando Luca nos empezó a "mirar" y a decir: "El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos, el amor no lo reflejo como ayer (...)". Cada oración que concluía nos iba golpeando un poco más, después vino: "Y en cada conversación, cada beso, cada abrazo, se impone siempre un pedazo de razón (...)". La reconcha de la lora, eso nos devastó por completo, y nos dejó entregados a la más terrible melancolía.

Ese comienzo fue para mí como si Mike Tyson me pusiera un gancho al estómago, mientras (al mismo tiempo) me obligaran a punta de pistola a ver Chicas Express.

Encima el enfermo de López había sacado fotocopias de la letra para que todos la leyéramos, y cantáramos mientras escuchábamos la canción. Ya ese fragmento nos dejó hechos mierda, qué hijo de puta, cuánto sentimiento en: "(...) Y en cada conversación, cada beso, cada abrazo, se impone siempre un pedazo de razón (...) ". Es más, ahora que escribo y rememoro ese momento, me pongo triste, me dan ganas de clavarme una ginebra para amenguar la pena del paso de los años... ya sé, termino esto y le pego un tubazo a los Oscares para que armemos algo.

Cuando pasa el tiempo, y ya sumamos bastantes años, uno añora aquellas sensaciones mágicas de todas las cosas que hacía en sus años mozos, ahora, absolutamente nada tiene la misma magia. ¡Cuánto daría por vivir de nuevo la primera vez que me tocaste!

El primer beso con esa chica, cada abrazo con ella para vencer su frío, cada noche dedicada a mirar estrellas a su lado, cada pelea en la que se te iba la vida entera, "Inclusive, según el poeta, el amor con los años desaparece...".

A pesar de la voz (el ser) de Luca, que había arremetido con toda su potencia, a pleno insulto y grito; "Fuckin" "Come on" "¿Qué pasa con los años? ¿Qué pasa con los años?", pensábamos que la canción nos iba a hacer morir de tristeza.

Nos tomamos de las manos, y leyendo las hojas que trajo López, almacenábamos cada frase que Luca cantaba, en lo más profundo de nuestras almas.

Esa manera única de cantar de Luca, que llega a ser recibida por todos, absolutamente todos los sentidos del que lo escucha, nos hizo quedar entregados a su voz, a sus palabras, a sus sentimientos...

Seguía enojándose con el paso del tiempo, pegó un grito que sacaba afuera una tristeza tan profunda como compartida por nosotros: "(...) Porque años atrás tomar tu mano, robarte un beso, sin forzar un momento formaron parte de una verdad (...)".

No pude evitar recordar a mi chica de Almagro, las tardes y noches dedicadas a apretar en los callejones, ganar el tiempo tirados en una plaza, simplemente charlando, jugando a las cartas, mirando a los nenes jugar, todo eso era la vida, la verdad. ¿Qué carajo me importaba la guita? ¿Qué era tener un problema de salud? ¿Qué era tener responsabilidades? ¿Qué era un problema? Ni asomaban esas preguntas en ese tiempo, lo único que tenía eran respuestas. ¿Qué quiero hacer hoy? Estar con ella. ¿Qué quiero hacer mañana? Estar con ella...

La canción se iba terminando, los Oscares, Luca, y yo, sentíamos que nuestra tormenta de sentimientos encontrados empezaba a calmarse. La pena de que el tiempo pase había salido por un momento de nuestros cuerpos mediante una canción...

Luca nos llevó al máximo dolor, y también nos hizo descargarnos de él, gracias a esa canción que es una catarata incontenible de sacar afuera la mierda de mirar el pasado, ese pasado hermoso, ese que no vuelve, y vos, al igual que yo, extrañás.

Pablo Milanés
Pablo Milanés

Años

Coincide un poco con la noticia de que lo único que progresa con el paso del tiempo es la tecnología. El hombre no, siempre es el mismo. Inclusive según el poeta, el amor con los años desaparece...

(Introducción de Tom Luppo)

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos.
El amor (dolor) no lo reflejo como ayer.
Y en cada conversación, cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón (temor).

¿Qué pasa con los años?, ¿qué pasa con los años?

Pasan los años y como cambia lo que siento,
lo que ayer era amor, se está volviendo otro sentimiento.
Porque años atrás, tomar tu mano, robarte un beso
sin forzar un momento, formaron parte de una verdad.

Vamos viviendo, viendo horas que van muriendo,
las viejas discusiones se van perdiendo entre las razones.

A todo dices que sí, a nada digo que no, para poder construir
la terrible armonía que pone viejos y viejos los corazones.

Pablo Milanés

Luca, tu voz zumba en el viento del corazón

Cuenta la anécdota que la grabación del cover de Milanés que hicieron Luca en voz, y Calamaro en teclados, contó con la presencia del periodista Tom Luppo en el estudio.

Cuando se pusieron a pensar en la letra, Luca dijo que si bien amaba esa canción, quería modificarle algo, alegando que le era imposible cantar: "El tiempo pasa nos vamos poniendo viejos", decía que esa frase lo ponía demasiado triste...

Entonces les preguntó a Andrés y a Tom, si les parecía bien cambiarla por: "El tiempo pasa nos vamos poniendo tecnos" ¿Quién le va a decir que no al "Pelado"?

Años después, con Luca en el cielo, Tom Luppo contó que cuando estaban grabando la canción y Luca empezó a cantar, él se miro con Calamaro y se dijieron: "¡Qué hijo de puta este tipo!". Ni Andrés Clamaro, ni Tom Luppo, podían creer el sentimiento desgarrador con el que Luca cantaba esa canción.

De vez en cuando, en las zapadas que armo con Andrés, entre cerveza, faso y rocanrol, le digo: "Che, hagamos Años". Entonces empieza a improvisar con su siempre inspirada primer guitarra, sobre mi base de segunda que va haciendo Re, La, Sol, Fa sostenido, Si séptima, Mi y La.

Lo miro, me mira, y su guitarra acompaña cada palabra que mi corazón (voz) le dice: "El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos...".




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El Maestro siempre te responde.